Se trata de la sonda espacial Voyager 1, denominado “el más grande viajero de la historia”, y no es una exageración pues para el 15 de agosto de 2006 había recorrido 150,000 millones de kilómetros y aun sigue en su viaje. Esta distancia es cien veces la que hay entre la Tierra y el Sol.
Esta misión ha sido uno de los mayores éxitos de la NASA. Desde un principio fue diseñada para sacar ventaja de una extraña disposición geométrica –que ocurre una vez cada 175 años- de los planetas exteriores a finales de los años setenta, cuando Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno permitieron que la sonda espacial siguiera una trayectoria particular y permitiera la posibilidad cerca de un planeta, observarlo, y aprovechar su ayuda gravitacional para seguir el viaje hasta el siguiente astro. Así el uso de los propulsores propios de la nave se limitaba a realizar pequeñas correcciones en la trayectoria.
La sonda espacial Voyager 1 que fue lanzada por la NASA en 1977, mandó miles de imágenes del sistema solar a la Tierra. Se calcula que agotará su energía hasta el año 2020.