La esfera de metal que cambió el mundo
Un día como hoy 4 de octubre… pero de 1957, la Unión Soviética marcó el inicio de la era espacial. Sí, con cuatro antenas telescópicas, dos radiotransmisores, 58 centímetros de diámetro y 83 kilos de peso, el Sputnik I se convirtió entonces en el primer satélite artificial que se ponía en órbita.
Esta esfera metálica, que en ruso tiene un nombre que significa “compañero de viaje de la Tierra“, no era más grande que una pelota de baloncesto pero tuvo un gran impacto en la política mundial y abrió mas la rivalidad entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Sus 83 kilos no son comparables con el peso de los satélites de comunicaciones que se ponen en órbita hoy en día, que llegan a tener el tamaño de un autobús. Pero en aquel momento, esta bola de metal superó muchas expectativas: pesaba ocho veces más que el dispositivo que Estados Unidos planeaba poner en el espacio.
El Sputnik era un satélite muy simple que portaba un transmisor de radio pero su lanzamiento repercutió en los canales de televisión estadounidense que interrumpieron su programación para que los espectadores pudieran oír el sonido transmitido por el satélite. La NASA explica que el lanzamiento tuvo un efecto similar al ataque de Pearl Harbor en la opinión pública estadounidense. Además se marco la brecha que existía entre ambas potencias, parecia una amenaza para estados unidos, pues se temía que esta habilidad pudiera traducirse en mayor capacidad para lanzar misiles nucleares.
En menos de un mes, la Unión Soviética sorprendió nuevamente lanzando el Sputnik II, llevaba a bordo un pasajero muy especial, la perra Laika, el primer ser vivo en el espacio. Ante este segundo hecho, el Presidente Eisenhower no quiso esperar más y anunció un apresurado lanzamiento de prueba de su cohete Vanguard el 6 de diciembre de 1957. Hicieron falta tres intentos hasta que, finalmente, en marzo de 1958, pudo ponerse en órbita.
Una de las consecuencias directas del primer Sputnik fue la inmediata creación de la NASA, la agencia espacial estadounidense, en octubre de 1958. Ese año también vio la luz otra agencia gubernamental de investigación, responsable de gran parte de la investigación sobre ordenadores y comunicaciones y germen de la actual red internet.
El Sputnik I se desintegró tres meses después de su lanzamiento, el 4 de enero de 1958, cuando reingresaba en la atmósfera. Había dado 1.367 vueltas alrededor de la Tierra, una cada hora y media, aproximadamente. Antes de que sus baterías se agotaran, el “bip bip” del satélite se había escuchado desde la Tierra, quien se quedó sin su primer “compañero de viaje”.
Neil Armstrong tuvo que esperar doce años más para poner el pie en la Luna y proporcionarle a Estados Unidos, en 1969, su hito en la aventura espacial. Ahora, cincuenta años después y con miles de satélites surcando el espacio, se vuelve a mirar hacia la Luna, aunque el principal reto es el Marte, el planeta rojo. ¿Hasta dónde podremos llegar?