A pesar del entusiasmo que genera las Olimpiadas en todo el mundo, de vez en cuando se levantan críticas para revelar lo que se oculta tras ellas. Hoy día hay un movimiento para impedir que la edición de invierno correspondiente a 2010 se lleve a cabo en Vancouver, y poner un alto al llamado ‘circulo global’
La periodista Maryann Abbs, simpatizante del movimiento, afirma que los promotores de los juegos no piensan en el deporte, sino en el poder, el prestigio y la riqueza. Revisando la historia olímpica explica por que cualquier ciudad o país debería resistirse a ser sede de los Juegos Olímpicos:
1) Están manchados de sangre. Considera que los Juegos Modernos y la represión van de la mano. La periodista menciona el caso de Berlín 1936. Los miembros del COI que se negaron a celebrar los juegos en la Alemania Nazi fueron expulsados. En el momento de la celebración ya operaba a media hora del Estadio Olímpico de Berlín un campo de concentración. En dicho evento predominaba el nazismo. Otro caso fue el de Tlatelolco, ocurrido días antes de la inauguración de México 1986, y sostiene que el FBI presionó a Gustavo Díaz Ordaz para poner fin al movimiento estudiantil. Por otra parte los Juegos se han usado para crear nuevas unidades policíacas y militares. En Sydney 2000 había cuatro policías por cada atleta, un total de 35,000 guardas de seguridad, además de la fuerza de élite y un poderoso armamento, incluyendo helicópteros. Medidas de seguridad que se usaron durante los Juegos siguen vigentes, como esculcar y detener a personas, sin muchos requisitos.
2) Fomentan el racismo. La periodista comenta que las medidas de seguridad se orientan hacia criterios raciales. Con miras a Los Ángeles 1984, la policía acordonó los barrios con población afro americana cercanos a la Villa Olímpica y exigía identificarse a todas las personas que ingresaran al área. Una estrategia similar se aplicó durante la edición de Atlanta 1996. Durante Atenas 2004 las comunidades islámicas quedaron sujetas a la vigilancia extrema de la policía en los lugares de culto, así como a cateos e inspecciones de documentos. En su momento un representante de Amnistía Internacional aseguro que las “medidas de seguridad para los juegos se usaron como pretexto para romper sistemáticamente los tratados internacionales con respecto a los derechos de los refugiados.”