Mientras exploraba las aguas de Indonesia, Pall Sigurdsson se topó con una triste escena: un pulpo que se había refugiado dentro vaso de plástico.
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Pall Sigurdsson y sus amigos buscaron una solución para liberar el pulpo y ofrecerle un nuevo hogar. Después de varios intentos fallidos, el pulpo eligió una concha que se adaptaba perfectamente a sus necesidades naturales.
El pulpo reticulado (Amphioctopus marginatus) encontro un nuevo hogar y se encuentra en buenas condiciones, pero es lamentablemente, el problema de contaminación que se vive en el fondo marino.
Y no solo se ven afectadas pequeñas especies como el mini-pulpo. Las especies marinas más grandes puede quedar atrapada en redes o confundir el plástico con comida.
Cada año, aproximadamente 4.8 a 12.7 toneladas métricas de plástico entran a los océanos de la Tierra cada año , poniendo en peligro la vida de innumerables animales.
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