Como ya sabes las nubes están formadas por diminutas gotas de agua, y esa es la forma más habitual de las precipitaciones, sobre todo en gran parte de las estaciones del año. Pero que pasa, sobre todo, en invierno.
Pues bien si la temperatura baja de los 0º grados centígrados, el agua se transforma en finos cristales de hielo y caen a la tierra en forma de copos que llamamos nieve. Los copos de nieve están formados por diminutos cristales de hielo que se juntan entre ellos para dar formas geométricas de lo más diversas.
Si la temperatura ambiente sube por encima de los ceros grados, muchos de los copos de nieve se derriten por el camino, y llegan en forma de lluvia o lo que se conoce también como agua-nieve.
El problema de la nieve es cuando se acumula, cuando cae seguido vienen los problemas. Como datos curioso, la precipitación acumulativa más alta de nieve en el mundo fue medida en Mount Baker, Washington, EE.UU., durante la estación 1998–1999 en la que se recibieron 1.140 pulgadas (28,96 metros); esta medida sobrepasó el récord anterior, en Mount Rainier, Washington, EE.UU., por el que durante la estación 1971–1972 se recibieron 1.122 pulgadas (28,50 metros) de nieve.
Otro dato curioso es que la precipitación diaria más alta en el mundo fue registrada en Silver Lake, Colorado, EE.UU., en 1921, con 76 pulgadas (1,93 metros) de altura.
Fuente: Wikipedia.org