En la década de 1940 en Estados Unidos, un pollo llamado Mike vivió durante 18 meses sin cabeza. Había sido decapitado casi por completo con un hacha, pero crucialmente la vena yugular y la mayor parte del tallo cerebral permanecieron intactos.
Esto permitió que las funciones cerebrales esenciales, como la respiración, siguieran desempeñándose correctamente. Además Mike fue alimentado con un gotero a través del cuello.
¿Es el único caso? En realidad no. Un caso reciente ocurrió en marzo de este año. Un pollo sin cabeza en Mueang Ratchaburi, en el centro de Tailandia, vivió por más de una semana. Un veterinario local se hizo cargo del animal, arrojándole comida al cuello, además de administrarle antibióticos. Se desconoce la forma en la que el pollo perdió la cabeza, pero los lugareños dicen que pudo haber sido atacado por otro animal.
¿Cómo puede un pollo vivir sin cabeza? Al menos se deben cumplir dos factores:
- En primer lugar, la altura a la que se realiza el corte. En el caso de Mike, se dejó intacto el cerebelo y el bulbo raquídeo, suficientes para las funciones esenciales como respirar y bombear sangre desde el corazón.
- El segundo factor es que se forme un coágulo de sangre que impida que la hemorragia del corte acabe con la vida del animal. Así es como Mike sobrevivió.
Después de Mike, varios granjeros intentaron cortar las cabezas de sus pollos, pero al no hacer el corte preciso algunos murieron días después. El caso de Mike fue y ha sido único hasta el día de hoy.
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