Tan utilizada para rogar prudencia y discreción a quien pretende revelar información confidencial enfrente de quien no debe escucharla. ¿La has usado o te la han dicho?
Sea como sea hoy vamos a decirte cuál es su origen. Curiosamente en un tiempo las paredes oían, podríamos decir que casi literalmente, ¿cómo es esto?
Al parecer la reina de Francia, Catalina de Médici, mandó instalar secretamente una amplia red de conductos acústicos en las paredes de palacio, estas le permitirían oír las conversaciones del lugar aún a distancia.
Sus sospechas de conspiración la llevaron a ingeniar tal método para descubrir a aquellos que osaran atentar contra los intereses reales. Claro que cuando fue descubierto la servidumbre y los miembros de la corte se encargaron de decir que las paredes tenían oídos.
Se conservó la frase y con el tiempo se convirtió en “las paredes oyen”.
¿Qué tal esto?