“No se lo digan a las abejas, pero no sirven para volar”, fue la conclusión a la que llegó un matemático francés en 1934, según la historia. Este matematico se equivocó, por que la verdad es que las abejas vuelan bastante bien. La conclusión a la que llegó este matematico se comprende, puesto que en los tiempos de los primeros investigadores no tenían muchos medio para estudiar los complejos movimientos de las alas de estos insectos.
Según un biologo junto con sus colegas del Instituto de California, dijeron que las abejas no la tienen fácil, pues sus alas son pequeñas en relación a su cuerpo, lo que significa que a diferencia de otros insectos las abejas hacen un esfuerzo mucho mayor para volar; aun así pueden suspenderse en el aire, luchar contra el viento, evadir a los depredadores y alzar el vuelo incluso si van cargadas con néctar o polen.
Los estudios muestran que muchos insectos mueven sus alas en largas aleteadas de barrido (de 145 a 165 grados) unas 200 veces por segundo. Pero las abejas baten sus alas en arcos breves (de alrededor de 90 grados), de modo que tienen que compensar con velocidad. ¿Cuánta? Hasta 240 batidas por segundo, -casi lo doble de lo que se esperaría, considerando su tamaño.
Descubre las curiosidades de las abejas, seguro que te impresionarán.