Pensar en un hoyo negro es igual a pensar en succión. Y es que los agujeros negros del espacio extraen gas y plasma de estrellas cercanas.
La materia se agrega a un disco de acreción que rodea tal agujero. Pero luego pasa lo sorprendente, con la interacción de los campos magnéticos, todo se acelera a una velocidad tremenda y luego dispara desde el centro del disco. ¿Qué dispara?
Después de medio siglo y gracias a las observaciones de astrónomos a un agujero negro en la Vía Láctea, estimado en 10 veces la masa de nuestro sol, se ha obtenido la respuesta. Son electrones y núcleos atómicos, incluidos los de los metales pesados, como el hierro y el níquel.
Y aunque los agujeros negros tienen mala reputación se ha descubierto que son precisamente estos chorros, que llevan grandes cantidades de masa y energía, los causantes de crear ondas de choque con la suficiente fuerza para activar el nacimiento de nuevas estrellas, o al menos ocasionalmente.
¿No es interesante lo que informa Popsci?