Esta espectacular belleza se encuentra en una cueva del Parque Nacional de la Chapada Diamantina (Brasil), la cual se distingue por su “invisibilidad” provocada por la luz natural que se filtra a través de un agujero en la pared de la caverna; el agua es tan cristalina que parece que los nadadores están flotando en el aire.
El Fotógrafo Marcio Duranc capturó las imágenes de la cueva subterránea de 16 metros de profundidad, que fue descubierta por primera vez por un buscador que estaba buscando diamantes en la región en la década de 1920.