El distanciamiento social es una de las medidas más recomendadas para frenar contagios del COVID-19 . Pero, ¿sabías que algunos animales ya lo hacen para proteger su comunidad? Sí, en esta ocasión hablaremos de 5 animales que se aíslan cuando se han expuesto a un patógeno, incluso antes de que presenten síntomas.
En un nuevo estudio de la revista Science, se revela que algunos animales envían señales a sus comunidades y se aíslan para evitar contagiar a todos los miembros de su colonia, incluso cuando represente un peligro para los individuos enfermos.
1. Las termitas
Es interesante lo que descubrieron sobre las termitas y las hormigas: que tan sólo 15 minutos después haberse expuesto a un patógeno, aún antes de haberse infectado propiamente, envían señales de advertencia a miembros de su comunidad.
Cuando algunas especies de termitas se exponen a esporas de hongos, comienzan a vibrar para que sus compañeros sepan que deben evitarse o limpiar todo su nido. Esto último puede ayudar a combatir la infección antes de que cause mucho daño.
2. Las hormigas
Las hormigas también actúan rápidamente al haberse expuesto a hongos. Cuando una hormiga se infecta con hongos, puede retirarse de su colonia a las pocas horas de haberse expuesto. Sí, la hormiga se aísla como una respuesta a su enfermedad.
Además, como medida de sanidad, se eliminan aquellos capullos infectados.
3. Los murciélagos vampiros
Los murciélagos vampiros hacen algo parecido, aunque mucho menos extremo que las termitas o las hormigas. Los murciélagos vampiros enfermos presentan letargo o somnolencia prolongada, como respuesta inmune a una infección. Esto hace que el contacto con otros disminuya.
En otras ocasiones, el grupo es quien abandona al enfermo. Los vampiros notan cuando un ejemplar está enfermo y lo evitan; tal como los humanos nos damos cuenta de que alguien está demacrado y tose, y nos alejamos de él.
4. Las langostas espinosas del Caribe
Las langostas espinosas del Caribe, actúan de forma parecida a los murciélagos vampiros. Cuando las langostas sanas, detectan a una enferma, consideran la posibilidad de abandonar la guarida. Sin embargo, esta no es una decisión fácil, pues al abandonar su guarida se convierten en presa fácil de sus depredadores y pierden su protección grupal. Pero si el virus es letal, bien vale la pena arriesgarse y dejar la guarida para evitar una epidemia mortal.
5. Las abejas
Las abejas son mucho más extremas a la hora de frenar la propagación de una enfermedad. Con el fin de proteger la colmena, algo muy importante para ellas, se sabe que las abejas sanas obligan a las abejas enfermas a aislarse, a veces sacandolas por la fuerza de la colmena.
Cómo los humanos respondemos a un brote
Los autores del estudio, explican que la cuarentena forzada no se ha demostrado experimentalmente en mamíferos, aunque sí hay evidencia en algunos primates de hacerlo. Sin embargo, en el caso de los humanos sigue siendo una importante medida sanitaria contra contagios ocasionados por patógenos como el Ébola y el SARS.
En la historia de las epidemias humanas, es difícil determinar cuándo el aislamiento es voluntario o impuesto. Aunque se piensa que tiene un poco de ambos.
Los autores reconocen que los humanos no somos los únicos que nos vemos en la necesidad de aislarnos. En cierto sentido, no estamos solos en lidiar contra el distanciamiento social, algo que también les cuesta a los animales que vimos, que son seres eusociales.
No deberíamos antropomorfizar a los animales, es decir, darles características humanas. Aun así, podemos aprender mucho de ellos.
Una de las lecciones que aprendemos es actuar rápido cuando hay un brote y ver el bien común.
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