Aunque su nombre pareciera que fue sacado de una novela y haya sido un emperador romano del año 218 d.C., les diremos que era un bromista en extremo y si no lo crees te invitamos a descubrir lo que hacía en sus fiestas.
Al inicio de sus banquetes, Marco Aurelio Antonino Augusto, colocaba en el piso de la recepción entrañas de personas que había mandado matar. Además, encerraba a algunos invitados en cuartos donde había leones o simplemente escondía estos animales en algunas partes de su palacio para que un incauto cayera en la trampa. Quienes sobrevivían podían disfrutar de la “comida” en la fiesta.
Algunos alimentos que servía en sus cenas tenían pesuñas de camello, cerebro de flamingo, ratones enrollados con granos, embutidos de caballo, cornejas y viseras de pescado. Y en una ocasión sirvió loros vivos.
A veces echaba granos de oro al alimento o hacia una mezcla de cera con piedras para dar una apariencia de comida y obligaba a sus invitados a consumirlas.
Se dice que asfixió a los invitados de una cena con una gran cantidad de violetas y rosas que mandó lanzar desde arriba. Ya para concluir el evento regalaba a sus asistentes costales con un perro muerto adentro.
Así o más raras sus fiestas… Finalmente fue asesinado en 222 d.C. a la edad de 18 años y tiempo después de su muerte fue conocido como Heliogábalo (o Elagabalus). Tal vez para no confundirlo con otro emperador de nombre parecido.
Nota: Bizarro también puede significar ‘raro’, ‘extravagante’, Diccionario de uso del español.