PlanetaCurioso.com – ¿Te imaginas ir a una tienda de segunda mano, comprar un cuadro y enterarte después de que esa pintura vale una fortuna? Eso es exactamente lo que le sucedió a Teri Horton.
‘¿Quién diablos es Jackson Pollock?‘. Esa fue la pregunta que hizo la mujer cuando un profesor le dijo que, posiblemente, su cuadro era una obra original de Pollock. De ser así, su pintura valdría millones de dólares.
Todo comenzó cuando Teri Horton estaba comprando un regalo para una amiga suya. Entró a la tienda de segunda mano, observó algunas antigüedades y otras curiosidades. Pero lo que más llamó su atención fue un cuadro especialmente ‘horrendo’, según lo describió más tarde en el documental Who the #$&% Is Jackson Pollock? (2006)
La mujer, una ex camionera, no tenía ni una pizca de conocimiento sobre el arte. Pero algo le dijo que debía comprar ese cuadro de pintura chorreada. Aunque no le gustó para nada, decidió comprarlo y dárselo como regalo a su amiga.
Sin embargo, su amiga lo rechazó argumentando que no tenía suficiente espacio en su casa.
Cierto día, un profesor de arte visitó a la señora Horton en su casa. El cuadro lo cautivó. El profesor le hizo algunas preguntas a la señora Horton y luego le dijo que al parecer ese cuadro era obra de Pollock. ¡La mujer no tenía ni las más remota idea de quién era Jackson Pollock!
Ya te puedes imaginar la gran sonrisa que se dibujó en su rostro al saber que el cuadro valdría millones. ¡Seguro que hasta aparecieron signos de pesos en sus ojos! Y no era para menos, pues el cuadro lo había comprado por 5 dólares.
Después de esa conversación, la mujer se dio a la tarea de vender el cuadro. Ella estaba convencida de que se trataba de una obra original. No estaba dispuesta a venderla por menos de 50 millones de dólares.
Jackson Pollock fue un influyente pintor estadounidense y principal artista del Expresionismo abstracto. Pollock alcanzó reconocimiento por su estilo de chorrear pintura.
La mujer empezó a hacer algunas llamadas en busca de clientes. Les explicaba que tenía un cuadro de Pollock y les preguntaba si estarían interesados en comprarlo, una vez que le hicieran las pruebas. Nadie aceptó su oferta.
Luego de minuciosas pruebas, algunos llegaron a la conclusión de que ese cuadro era auténtico. Dos coleccionistas le hicieron millonarias ofertas. Uno le ofreció 2 y otro 9 millones de dólares. Pero, convencida de que su cuadro de 5 dólares tenía un valor de 50 millones de dólares, rechazó las ofertas.
Esas fueron las únicas dos veces en que alguien se interesó en comprar esa pintura.
La mujer nunca cedió. Hasta el día de su muerte, afirmó que su cuadro era original y valía una fortuna.
En cambio, otros simplemente concluyeron que ese cuadro no era real. Y que sí, vale más que 5 dólares pero no 50 millones de dólares.
La señora Teri Horton murió con la ilusión de que su hijo, quien heredó el cuadro, lograra venderlo alguna día.
Aunque el hijo está convencido de que posee uno de los cuadro de Pollock original, no está interesado en seguir los pasos de su madre y luchar contra el mundo del arte.
Lo cierto es que las obras de Pollock sí valen una fortuna. En 2006, David Geffen vendió su cuadro de pollock en 140 millones de dólares. Se cree que fue la suma más alta jamás pagada por una pintura. Si la pintura del hijo de Teri Horton es original, bien puede valer los 50 millones de dólares.
Aquí encaja a la perfección la frase que dice: “la basura de uno es el tesoro de otro”. Ya sabes, la próxima vez que entres a una tienda de segunda mano, revisa bien, no vaya a ser que dejes escapar un fortuna millonaria. O puede que no. ¿Quién sabe?
Este artículo se publicó en planetacurioso.com.