La verdad es que no es así. Estos relojes comenzaron a venderse en la región conocida como ‘Selva Negra’, al suroeste de Alemania. Aun no se sabe quién fue el pionero en su diseño; sin embargo, alrededor del año 1630 un habitante de la villa de Triberg –en aquella región- importó de Bohemia, en la República Checa, un reloj con las características del Cucú.
El artefacto gustó tanto que semanas después comenzó la fabricación en masa de una copia exacta, y pronto alcanzo popularidad en Alemania. Para 1690 se había desarrollado toda una industria con base en este invento, asentada sobre todo en talleres familiares.
En 1808 existían 688 relojes especializados en esta clase de aparatos en Triberg, y en 1850 se fundó una escuela de relojes en la ciudad de Furtwangen, donde los alumnos aprendían matemáticas, dibujo así como el diseño de las cajas y el mecanismo para el movimiento de los relojes. En la actualidad en Triberg se encuentra el reloj cucú más grande el mundo.