Las muertes absurdas de la historia del mundo es una recopilación sobre las muertes de famosos más tontas, irónicas y vergonzosas. En realidad hay muchas formas de morir. Pero estas son las más absurdas.
No te pierdas las curiosidades de la historia.
1. Clement Vallandingham murió mientras intentaba recrear un disparo accidental
Fue un abogado experto en ley criminal. Estaba defendiendo a un hombre que fue acusado de disparar y matar a un sujeto. Él quiso probar que el sujeto muerto se había disparado accidentalmente. Por eso recreó la escena de muerte con él mismo usando un arma que por error estaba cargada. Así que accidentalmente se disparó en 1871 y con su muerte demostró que el acusado era inocente.
2. Arnold Bennett murió al beber agua contaminada para probar que no lo estaba.
Bien dicho está que el que se ensalza termina humillado, y para éste soberbio novelista significó la muerte. Mientras se difundía que el agua de París estaba contaminada por tifus, Bennet juzgó de incultos a todos y decidió demostrarles que estaban equivocados. A los pocos días murió de tifus.
3. Papa Adriano IV se atragantó con una mosca. Murió asfixiado.
En boca cerrada no entran moscas, lástima que el Papa no alcanzó a cerrarla y se atraganto con la mosca que se atoró en su garganta. Murió de asfixia sin que nadie pudiera hacer algo por él.
4. Se dice que Tycho Brahe murió por no levantarse a orinar
Hay una teoría que afirma que Tycho Brahe falleció por aguantarse de las ganas de orinar tras una cena. Pero en 2010 una exhumación reveló que posiblemente fue envenenado con mercurio y no por aguantarse de ir al baño.
5. Pausanias murió por falta de agua mientras intentaba esconderse en un templo
Fue un general espartano que por tener una actitud déspota se ganó la enemistad de otros espartanos. Así que para vengarse de todos ellos mandó una carta para traicionarlos con el enemigo (el ejército persa), pero su carta fue interceptada por los mismos espartanos, así que ordenaron su ejecución. Entonces se le ocurrió la “brillante idea” de refugiarse en el templo de Atenea pues se consideraba suelo sagrado y, por eso estaba prohibido matar allí. Así que los espartanos taparon las puertas y el general murió por falta de comida y agua en 470 a. C.
6. El rey Enrique I de Castilla murió accidentalmente con una piedra mientras jugaba con sus amigos.
Mientras jugaba con sus amigos, el joven Enrique I de Castilla de 13 años, fue golpeado por una piedra que cayó de una torre mientras jugaba con sus amigos. Él sería el próximo rey, pero no pudo gobernar.
7. Arquímedes fue asesinado por un soldado a quien fastidió.
El científico de la antigua Grecia, fue atravesado con una espada por un soldado, a quien irritó hasta el cansancio. Eso sucedió tras el sitio de Siracusa en la Segunda Guerra Púnica. Arquímedes hacía dibujos y cálculos en la arena, cuando un soldado le ordenó ir con Marcelo, el general romano. Como el científico se negó, el soldado lo asesinó.
8. Matthew Webb murió mientras trataba de cruzar nadando los rápidos del Niágara
Era un nadador profesional y fue el primer hombre que nadó el Canal de la Mancha en 1875, por eso se convirtió en toda una celebridad en aquel tiempo. También se sabe que estuvo flotando en un estanque con agua por 128 horas. Escribió un libro titulado “Nadar te hace feliz”. Por su amor a la natación y su enorme destreza, tuvo la “fascinante idea” de cruzar nadando los rápidos en las cataratas del Niágara, y al intentarlo un remolino lo absorbió y murió en 1883.
9. Jean Baptiste Lully murió por las marcas que le dejaba la orquesta
Bien entrado en su papel murió por las heridas que le causó la barra de hierro con la que marcaba el compás en la orquesta. Para ser más específicos, la gangrena que invadió sus heridas fue lo que terminó matándolo.
10. Isadora Duncan murió tras enredarse su bufanda en la llanta de un automóvil
Tal cual. La excéntrica bailarina estadounidense subió a un coche y su bufanda se enredó en la llanta, terminando así su exitosa carrera.
11. Allan Pinkerton, un detective que murió mientras sólo caminaba
Fue el pionero en el negocio de las agencias de detectives pero no creas que murió a manos de un asesino mientras investigaba un caso, su muerte fue más simple y algo tonta, resbaló mientras caminaba. No murió del golpe, más bien fue la gangrena que lo invadió después de morder su lengua fuertemente tras haber caído.
12. Sigurd el Poderoso murió por una infección por los dientes de una cabeza colgada en su silla de montar
Fue un gobernante vikingo, que invadió Escocia y obtuvo la victoria. Su enemigo, Máel Brigte (posiblemente Mormaer de Moray) fue decapitado. Y para poder presumir su triunfo, tuvo la “enorme idea” de amarrar la cabeza del difunto a su silla de montar y mientras cabalgaba, los dientes de la cabeza decapitada fueron raspando su pierna, esa herida se infectó y provocó su muerte en 892. Echa un vistazo a las curiosidades de los vikingos.
13. Maximiliano de Austria murió por comer muchos melones
Muy sano, gustaba de comer mucha fruta, lamentablemente hasta lo bueno en exceso hace mal. En el caso del emperador germánico romano, se emocionó comiendo melón y murió por una fuerte indigestión.
14. Alejandro I de Grecia murió de rabia
Rabioso. Así se le podría decir y no por enojón, sino por la rabia que le pasó un mono que tenía de mascota. La infección terminó robándole la vida a este rey.
15. Agatocles con una palillo de madera
Este “tirano de Siracusa” murió por querer sacar la comida de entre los dientes, y es que se atragantó al utilizar un palillo y falleció.
16. Francis Bacon murió para comprobar si el frío conservar los alimentos
La curiosidad mató al gato y también a este célebre filósofo, abogado y escritor. Intentó comprobar si el frío era bueno para conservar los alimentos. Salió a enterrar un pollo crudo pero en el proceso pesco una neumonía, el final pues ya lo saben.
17. Franz Reichelt murió al probar que su invento servía
Era un sastre austriaco e inventor. Fabricó una especie de “abrigo-paracaídas”, pues era mitad abrigo y mitad paracaídas. Lo quiso probar arrojando un muñeco desde el primer piso de la torre Eiffel, pero éste se estrelló contra el suelo. Franz culpó al muñeco porque no abrió los brazos para hacer funcionar su invento. Así que tuvo la “genial idea” de probarlo él mismo, pero también se estrelló en el suelo y murió en 1912.
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