Era 18 de mayo de 1785 cuando la tierra comenzó a temblar. Gigantescas columnas de gas y humo se elevaron desde el cráter del volcán, disparando rocas y otros restos al cielo. Días después, los 327 habitantes de la isla se estaban preparando para evacuar, lamentablemente la mitad no pudo sobrevivir.
Para los habitantes de la isla de Aogashima 1785 es un año que siempre recordarán, pues aunque la Agencia Meteorològica Japonesa moniteree constantemente aquel volcán activo, siempre hya la posibilidad de que la historia se repita. Aun así quienes viven allí aman la tranquila vida en aquella exótica isla. ¿Hacemos un viaje virtual?