“Benno” sobrevivió milagrosamente luego de haberse devorado todo un arsenal de balas. Aunque las 23 balas pudieron acabar con el perro, no hubo ninguna reacción peligrosa. Aún así, Benno fue sometido a una delicada operación.
“Benno” arrebató las balas de una bolsa, que su dueño Larry Brassfielden había dejado
en la cama. Cuando la veterinaria Sarah Sexton llevó a cabo la operación, dijo: “Fue la cosa más loca, nunca he visto nada igual. “Sólo espero que no lo vuelva hacer, porque tal vez no tenga tanta suerte la próxima vez.
A sus cuatro años de edad “Benno” no solo ha comido balas, también osos de peluche, monedas, piedras, y ropa.
Vía: mirror.co.uk