Has escuchado hablar de personas a las que entierran vivas o de aquellas que despertaron de repente de la muerte. ¿Cómo sucedió? Pues bien una de las causas puede ser la catalepsia, también conocida como muerte aparente.
No es en sí una enfermedad, sino más bien un síntoma de otros trastornos como el Parkinson, la epilepsia, la esquizofrenia, apnea de sueño, shock emocional, etc. También puede darse como efecto secundario de medicamentos anti-psicóticos.
Quienes experimentan este trastorno pierden momentáneamente la movilidad (voluntaria e involuntaria)y la sensibilidad del cuerpo. Durante este estado el cuerpo permanece paralizado, la respiración y el pulso se vuelven muy lentos, la piel se pone pálida. En gran número de casos, este estado lleva a creer que la persona que padece un ataque de catalepsia ha fallecido.
¿Por qué es tan grave?
La gravedad de la enfermedad radica en que la persona puede ser sepultada estando aún con vida y despertar en cualquier momento. Normalmente puede llegar a durar tres días, en los cuales la persona en estado de muerte aparente podría ser enterrada y despertar ya dentro del ataúd.
Hoy en día, los avances tecnológicos han hecho casi imposible que un individuo sea enterrado en medio de un estado de catalepsia. Sin embargo no faltan las excepciones.
Un caso conocido es el de Niurka Berenice Guzmán Reyes, de veintitrés años, en la ciudad de Bonao. Luego de que la enterraran, un médico examinó el cadáver exhumado de la joven, confirmando que había muerto asfixiada dentro del ataúd. Andrea Reyes, la madre de Niurka está convencida de que a su hija la enterraron viva tras sufrir un ataque de catalepsia y que los médicos la declararon muerta la tarde del jueves anterior con diagnóstico de infarto al miocardio.
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