La razón la encontraron los investigadores de la universidad de Sussex, Inglaterra, descubrieron que el alcohol atrofia la capacidad cerebral para formar memorias, provocando que los eventos anteriores a beber un trago se fijen más fuertemente, mientras que aquellos que ocurren tras beber, se fijan menos.
Esto significa que mientras un bebedor puede recordar eventos placenteros como el socializar con amigos al inicio de una sesión de bebida, es menos capaz de recordar los efectos negativos ocurridos posteriormente.
Una profesara comentó que esta tendencia hacia los recuerdos positivos hace que la gente quiera beber más la proxima vez por que sólamente recuerda las cosas buenas de la sesión anterior.
No está totalmente claro cómo el alcohol cambia la manera en la que se crean los recuerdos, pero puede ser que altere los neurotransmisores que forman la memoria.
Fuente: Eluniversal.com.mx