Llegamos a un lugar y aunque al principio nos pareció percibir un extraño aroma, de repente no parece haber nada fuera de lo común en el aire.
¿Es que acaso desapareció? No, en realidad no fue así, más bien nuestra nariz descartó el olor, dándonos la oportunidad de percibir cualquier nuevo aroma que se presente.
Y no sólo eso, como comenta BBC, también tenemos una memoria olfativa que excluye olores que fueron experimentados recientemente.
Por eso mismo no nos percatamos del olor que tiene nuestra casa, a menos que hayamos pasado muchos días fuera de ella.
¿Qué tal?