Es cierto que en los Juegos Paralímpicos asisten deportistas con discapacidades físicas, visuales, intelectuales o hasta con parálisis cerebral, pero no aparece ningún competidor sordo. Esto es debido a los orígenes de los juegos paralímpicos.
Se puede decir que estos juegos tuvieron su origen en Inglaterra en el año de 1948, después de la segunda guerra mundial (1939 – 1945) cuando el doctor alemán Ludwig Guttmann, de origen judío, introdujo el deporte como una ayuda para la recuperación de sus pacientes, no sólo físicamente, sino también psicológicamente, puesto que la mayoría de sus pacientes fueron excombatientes de guerra que llegaban al hospital para ver pasar sus últimos días de vida.
En 1960 se disputaron por primera vez los Juegos Paralímpicos de Roma, aunque al inicio solo estuvieron disponibles para atletas en silla de ruedas. Ya en los juegos de 1976 fueron incluidos atletas con diferentes discapacidades
¿Y qué hay de los sordos? Pues resulta que en 1924 ellos establecieron el Comité Internacional de Deporte para Sordos (C.I.S.S) y con esto comenzaron las competiciones deportivas internacionales para sordos y en 1955 comenzaron a celebrarse cada cuatro años los Juegos Mundiales para Sordos.
Así que antes de que existieran los Juegos Paralímpicos los sordos ya participaban en competencias mundiales. Actualmente estas competiciones se conocen como Juegos Silenciosos o Sordolimpiadas.
Y si alguien se pregunta porqué no se ha intentado fusionar los Juegos Paralímpicos con los Juegos Silenciosos, les diremos que eso se intentó hacer en la década de 1990, pero por diferencias entre ambas partes no se pudo llegar a un acuerdo.
[Wikipedia, www.ciss.org]