La comunicación táctil, o transmitida mediante el tacto, es especialmente importante en los animales sociales, incluyendo los insectos. Los miembros de una colonia de hormigas, por ejemplo, se lamen y se rozan a cada momento; esas actividades refuerzan los vínculos sociales de las hormigas.
La comunicación táctil en las abejas ha interesado especialmente a los investigadores a causa de su complejidad. Cuando una abeja descubre una nueva fuente de alimento, regresa a la colmena y ejecuta una danza detallada , fenómeno que fue interpretado por vez primera por el zoólogo austriaco Karl von Frisch. La información se comunica principalmente mediante contacto físico, cuando las otras abejas siguen y tocan a la abeja danzante. La orientación y la velocidad de la danza, así como el tamaño del área cubierta por el danzador, comunica a las otras abejas la distancia y la localización precisa del alimento.
El tacto y el contacto corporal son utilizados extensamente por los primates, sobre todo por los mandriles, los gibones y los chimpancés. Esos animales suelen unirse en cálidos abrazos y también pueden tocarse ligeramente, empujarse, morderse o incluso besarse. El acicalamiento (el acto mediante el cual los animales se lavan unos a otros) es una forma más estructurada de comunicación táctil que ayuda a los primates a establecer un dominio social y a fortalecer los lazos afectivos.
La efectividad de la comunicación táctil está limitada por la distancia –un animal debe ser tocado por otro para transmitir información. No obstante, la comunicación táctil puede producirse en medio de una oscuridad total o un silencio completo.
Fuente: Microsoft Encarta 2008