Así es a pesar de que se le llama topo de nariz estrellada, su “nariz” no cumple una función de órgano olfatorio, ni como mano o pie auxiliar como algunos se imaginan, más bien es un órgano táctil, y no cualquiera, es el más asombroso que se conoce.
Es ciego de nacimiento pero sus tentáculos nasales suplen de manera impresionante los otros sentidos en el hábitat con una precisión y sensibilidad máximas.
Está provista de 22 tentáculos móviles de color rosáceo, los cuales tienen unas estructuras sensoriales denominadas órganos de Eimer, cada estructura tiene tres tipos diferentes de receptores.
Su nariz no alcanzara el centímetro cuadrado pero posee 25.000 órganos de Eimer y 100.000 fibras nerviosas ligadas a ellos, lo que hace que su nariz sea ultrasensible.
Toca y examina doce puntos del espacio por segundo, y decide si comerá o no a la presa con los tentáculos más cercanos a la boca, en 8 milisegundos. Puede tragar una presa viva cada 120 milisegundos.
No cabe duda de que su portentosa nariz lo convierte en un hábil cazador, ¿qué tal?
Fuente: Zoologik