El canibalismo está presente en el reino animal. Y se trata, en muchos casos, de una manera de sobrevivir. Los embriones del tiburón toro (Carcharis taurus) se canibalizan entre ellos: el mayor se come a todos sus hermanos menos a uno, los que finalmente nacerán. ¿Por qué lo hacen?
Aunque los científicos sabían que esto ocurría no tenían una explicación para este comportamiento. Pero, un estudio publicado en la revista Biology Letters, señala que se trata de una estrategia competitiva con la que los machos tratan de asegurar su paternidad.
Se estudiaron embriones en diferentes etapas de quince hembras muertas. Las hembras con un embarazo avanzado solo conservaban dos embriones y eran más probable que los supervivientes tuviesen un solo padre, esto se comprobó con una análisis de ADN. Las hembras que estaban en etapa temprana de gestación tenían hasta 9 embriones, generalmente de dos padres.
Una camada puede estar compuesta de unos 12 embriones, pero el mas grande de ellos, casi siempre el primero devora a todos menos a uno. Una estrategia que permite que solo los genes de un padre sigan dominando. Sin saberlo el macho perdedor se ha encargado de alimentar al hijo del macho rival.
Esta acción también permite que los tiburones toro tengan hijos más grandes que otras especies de tiburones, asegurando su supervivencia. El tiburón toro puede medir hasta 3,4 metros de largo al llegar a la edad adulta. La madre suele dar a luz dos tiburones de un metro de longitud.