Los osos polares tienen una membrana nictitante, o “tercer párpado”, una telilla transparente o translúcida que actúa como “gafas de sol” y los protege del fuerte reflejo producido por la luz y la nieve de su hábitat, cada ojo contiene una membrana que los protege contra los destellos.
Así es, el tercer párpado reduce la cantidad de radiación UV que entra en sus ojos, protegiéndolos de la ceguera de la nieve: La pérdida temporal de la visión causada por el brillo de la luz reflejada por grandes superficies de nieve o hielo.
Además los protege del frío que tienen en su hábitat. Y no solo eso, también le permite ver mientras nadan bajo el agua.
Dato curioso: ¿Sabías que el camello también cuenta con un tercer párpado?