Lo sé, suena bastante curioso…
Cuando hablamos de paracaídas rápidamente los asociamos con aviones o en otro tipo de transportación aérea. Sin embargo, los paracaídas fueron inventados antes que los aviones, tanto Abbás Ibn Firnás como Leonardo Da Vinci, fueron los que intentaron crear y usar un paracaídas.
En 852 Abbás Ibn Firnás creo del primer paracaídas, con el que se lanzó desde una torre de Córdoba, pero este no funciono y Abbás sufrió algunas heridas.
El 22 de octubre de 1797, André-Jacques Garnerin se convirtió en el primer hombre en saltar en paracaídas exitosamente. Garnerin ató el paracaídas a un globo del hidrógeno y ascendió a una altitud de 1 000 m sobre París. Luego trepó en la canasta y cortó el paracaídas del globo.
A partir de ese año, los paracaídas se convirtieron en un elemento habitual del equipamiento de los pasajeros de los globos aerostáticos.
Durante la II Guerra Mundial, los ejércitos generalizaron el uso de los paracaídas mediante cuerpos especiales, que eran lanzados en zonas situadas detrás de las líneas del enemigo desde aviones de transporte.
El diseño de los paracaídas ha ido mejorando con el paso del tiempo; existen diseños especiales controlan la velocidad de descenso, el efecto del viento y mantienen la estabilidad según el peso y la forma del objeto que transportan.
Otros paracaídas especiales se utilizan para desacelerar naves espaciales, cohetes experimentales, aviones y coches deportivos.