Cuerpo delgado, patas alargadas, su tamaño rara vez superan los 15 mm, es la descripción de los culícidos (Culicidae) conocidos vulgarmente como mosquitos o zancudos.
Y son las hembras las que se encargan de chupar nuestra sangre, dejarnos ronchas y esa molesta sensación de comezón. Poseen piezas bucales que forman una larga probóscide preparada para perforar la piel y succionar sangre. Necesitan la sangre para poder iniciar el ciclo gonotrófico y poder hacer así una puesta de huevos. Por lo general, las hembras pican una sola vez para una ingesta de sangre. Salvo las que se encuentran en un estado de debilidad, esto hace que piquen reiteradas veces.
En cambio la dieta de los machos consiste en néctar, savia y jugos de frutas, generalmente ricos en azúcares. Los órganos bucales de los machos difieren de los de las hembras en aquello que los habilita para succionar sangre.
Solo las hembras del género Toxorhynchites, no ingieren sangre y sus larvas son predadoras de otras larvas de mosquitos.
El desarrollo de estos insectos atraviesa cuatro fases distintas: huevo, larva, pupa y adulto.
Así las larvas de Culícidos se encuentran en casi cualquier masa de agua que se encuentre estancada durante al menos una semana, no es necesario que haya una gran cantidad de agua. En la mayoría de casos, una altura de 1 cm de agua puede ser suficiente para completar su etapa larvaria. Generalmente, los huevos quedan inactivos a temperaturas bajas o en periodos de sequía, esperando condiciones favorables para desarrollarse.
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