Esta expresión significa dar muestras de enojo y furor, o bien prorrumpir en amenazas. Se aplica, en definitiva, a aquéllos quienes se enfadan y lo demuestran. Pero ¿Cuál es el origen de esta expresión?
Pues bien, según algunos autores se refiere cuando los herreros golpeaban el metal ardiente con el martillo, en la época en la que las armas se hacían en las calles y sobre yunques. De esta forma, cada martillazo representa una expresión iracunda.
Otro posible origen, aunque no reconocido por la Real Academia Española, es relativa a la velocidad: ir “echando chispas” es ir rápidamente. Tal vez el origen sea similar al anterior, referido en este caso no tanto al hierro de las armas como a las ruedas de los trenes, que también producen chispas la deslizarse por los raíles.